En los pies se ven reflejadas muchas partes del cuerpo, en especial, órganos y glándulas. Un buen masaje en esta zona ayuda a disminuir el dolor y a prevenir desequilibrios.
La liberación de tensión hace disminuir la presión sobre el nervio y mejora el flujo sanguíneo, aportando nutrientes a todas las partes del organismo y a una relajación más profunda.
Al tener las zonas reflejas en los pies se pueden trabajar partes del cuerpo y trastornos que directamente no son palpables, como es el caso de los riñones, migraña, estreñimiento o el dolor menstrual.
Por lo tanto, algunos de los beneficios de este tratamiento son: la mejora de la calidad del sueño, la activación del sistema inmunológico y la circulación sanguínea, la eliminación de toxinas y la retención de líquidos, entre otros.
Pasa lo mismo con la auriculoterapia.