Blog

Cómo liberar el pericardio, la membrana que envuelve el corazón

Osteopatía bioenergética celular

Cualquier episodio traumático o una situación de estrés o ansiedad puede comportar la contracción del pericardio, la membrana que protege y sostiene nuestro corazón, y trasladar disfunciones a nuestro sistema digestivo y otros órganos de nuestro cuerpo. Conocer su origen, su conexión con las emociones y su interacción con el resto del organismo, se hace fundamental para poder liberarlo y vivir en plenitud.

La palabra pericardio proviene del griego “Peri” que significa “alrededor” y “kardia” que es “corazón”. Como su nombre indica, el pericardio es una membrana fibrosa de dos capas que envuelve, protege y sostiene el corazón.

Interacción del pericardio con el organismo

alliberar el pericardi

La membrana del pericardio está en contacto con el diafragma, la tráquea, los pulmones, la pleura, el esófago, la entrada del estómago, las principales vías arteriales y venosas (sistema cardiovascular), los ganglios estrellados que regulan el sistema nervioso vegetativo, el centro frénico responsable de la respiración, la base del cráneo, las membranas intracraneales, las glándulas tiroideas y timo, los ganglios semilunares, e incluso con muchos ligamentos que se unen a la columna vertebral hasta el sacro (en especial cervicales y dorsales) y el sistema muscular esquelético que sirve de protección y apoyo de los órganos vitales.

Se trata, pues, de una parte de nuestro cuerpo fundamental; no solo porque protege el corazón sino porque también está en contacto con muchas estructuras de diferentes sistemas. Por lo tanto, una disfunción del pericardio puede comportar, a largo plazo, trastornos en todas estas estructuras con las que está estrechamente en contacto.

Cabe considerar que hablamos de disfunciones o dolores físicos en estructuras que están bien pero se desconoce porque hacen daño o no trabajan correctamente, sin motivo aparente. Por tanto, nos referimos a dolores en los que se hayan descartado otros factores externos y cuyas estructuras estén sanas orgánicamente.

¿En qué consiste esta terapia?

El tratamiento del pericardio consiste en conectar con la vibración de cada estructura y ayudarla a liberarse. Se lleva a cabo en contacto físico con el paciente a través de movimientos y presiones.

La técnica bioenergética trabaja todas las estructuras del cuerpo ya que una difusión en nuestro organismo, por pequeña que sea, puede repercutir en otra parte del cuerpo y, como consecuencia, dañar nuestra salud.

Cuando se consigue liberar el pericardio la persona tiene la sensación de quitar un peso de encima y de respirar y abrir mucho mejor la zona torácica. Al final de la sesión, la sensación general es de plena relajación.

El pericardio y las emociones

El pericardio está estrechamente vinculado al ámbito emocional. Su bloqueo puede aparecer por una situación de estrés: cualquier tipo de amenaza, peligro, miedo, ansiedad o shock, provocando que el cuerpo reaccione encogiéndose y retrayendo el pericardio; lo que vulgarmente se llama “tener el corazón en un puño”. En definitiva, se contrae para proteger el cuerpo sin limitarle el movimiento.

El cuerpo reacciona así, cerrándose para proteger y sobrevivir a la situación dramática, que es demasiado dura y no puede soportarla. De esta forma, es más fácil sobrellevar la situación y no sufrir tanto. Es cierto que cada persona reacciona de distinta manera ante este tipo de situaciones, pero la reacción orgánica es la misma: la única diferencia es el proceso que cada uno lleva a cabo para asumir y procesar el impacto emocional: la capacidad de comprender y resolver la situación. Si el episodio es puntual y el pericardio vuelve a su posición inicial, el cuerpo está en toda su expansión y puede vivir plenamente.

Sin embargo, si no gestionamos correctamente la emoción o ésta perdura demasiado en el tiempo y la contracción del pericardio se queda así, a largo plazo puede provocar lesiones o consecuencias en el organismo. Éstas se traducen en dolores o disfunciones de órganos, músculos y articulaciones que físicamente están bien pero que nos provocan dolor sin motivo aparente. A nivel emocional, se traduce en dolores de cabeza, cansancio, insomnio, sensación de estar perdido, alterado, triste e irritable.

Lo que se intenta con esta práctica es que el paciente entienda qué le está diciendo su cuerpo, que aprenda a escucharlo y ponga las etiquetas emocionales de lo que le está sucediendo en el campo físico.

Hablamos de una terapia holística: se observa el cuerpo desde su globalidad para buscar el origen del problema, ya sea emocional o físico, y se facilitan las herramientas necesarias para activar el proceso de auto curación.

Existen otras terapias que reflejan esta forma de trabajar: la kinesiología, la medicina china –donde las causas externas de las enfermedades se asignan a un órgano y a una emoción; el pericardio, en concreto, se refleja en el meridiano Maestro Corazón–, el reiki o la medicina energética donde el pericardio se refleja en el cuarto chacra, Anahata, que alberga el poder de las emociones.

En definitiva, con esta terapia lo que se pretende es liberar la opresión o mala postura del pericardio y liberar las estructuras que están vinculadas para ayudar a reconducirlas a su posición inicial y así entren en buen funcionamiento.

Más información en:

1 de marzo de 2017 Articles, Artículos , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,